- Te voy a decir esas dos palabras mirándote a los ojos, cuando te vea. - Dije hace ya un tiempo, y ella aceptó, creyendo que era mejor de esa forma.
Lo cierto es que no quería mentirle.
En ese momento, esas palabras le pertenecían a alguien más.
Pero de alguna forma, y como si fuese obra del destino, aquello que dije solo como una excusa, se volvió uno de mis más grandes anhelos.
Lo cierto es que no quería mentirle.
En ese momento, esas palabras le pertenecían a alguien más.
Pero de alguna forma, y como si fuese obra del destino, aquello que dije solo como una excusa, se volvió uno de mis más grandes anhelos.