lunes, 11 de agosto de 2014

Pillow fight

Pasamos gran parte de nuestra vida peleando contra cosas imaginarias. Escenas que jamás sucedieron, pero que están allí, reproduciéndose dentro de tu cabeza, torturándote hasta el punto de no dejarte dormir.

De la misma forma, la imaginación puede crear cosas fantásticas. Es capaz de adentrarte en un mundo donde todo lo que siempre soñaste se hace realidad. Desde la cosa más extraordinaria hasta un pequeño deseo que se apega bastante a la realidad. Todo vale, todo es posible dentro de la imaginación. El problema es que sabemos que se trata de una pura fantasía.

...Excepto que estés soñando. 

En ese momento, toda barrera entre la realidad y lo extraordinario se vuelve difusa, al punto de tornarse imperceptible. Nada es lo suficientemente extraño dentro de un sueño; todo adquiere un inquietante estatuto de normalidad. Incluso si el mundo como lo conoces está de cabeza.

¿Cuántas veces has querido quedarte dentro de un sueño?

Miles. ¿Quién no querría, después de todo? Si a alguien antes de nacer le dieran la elección de vivir en este mundo, donde es probable que acabe siendo uno más del montón de personas que te cruzas por la calle, con los rostros vacíos, que ni siquiera se miran ya entre sí, u otro mundo totalmente diferente al nuestro, donde hay criaturas mágicas, poderes sobrenaturales y un sin fin de aventuras ¿Cual crees que elegiría? La respuesta está mas que clara, a menos que estés dispuesto a llevar una vida monótona. Hay personas para todo, supongo. Aunque claro, a ninguno de nosotros se nos ha dado esa opción.

Pero... ¿Y si te dieran a elegir permanecer por siempre dentro de un sueño? Aquel que tú quieras, porque está claro que no siempre soñamos aquello que más deseamos. Si tuvieras un sueño ideal, con el que todas las noches anhelaras encontrarte, ese sería. ¿Realmente te sería tan fácil abandonar todo lo que conoces por ese sueño?

Yo no pude. Claro, eso no significa que por un momento no haya querido hacerlo.

Pocas son las veces en las que uno puede despertarse y continuar soñando lo mismo al volver a cerrar los ojos. Ese es el momento, justo allí. Están tentándote. Ellos quieren que tú lo desees. Y yo lo hice. Una y otra vez volví a cerrar mis ojos, buscando regresar a mi sueño perfecto. Aunque mi caso es uno particular. Aquello que más deseo no es algo fantástico, sino más bien algo que, si el destino se pone de mi lado, podré obtener en un futuro. Pero esperar a veces puede ser mortificante, y el sueño me lo servía en bandeja.

"Esto es lo que más quieres ¿Cierto? ¿No prefieres tenerlo todo justo ahora?"

"Si, por supuesto que sí. Deseo quedarme aquí por siempre, incluso si es solo un sueño..." Y en ese momento lo comprendí. Dicen que en ciertas ocasiones solo puedes darte realmente cuenta de lo que estás pensando cuando lo dices en voz alta.

 Era solo un sueño. No importa cuan feliz estuviera, no importa cuanto hubiera deseado todo aquello un millón de veces. No era real. No estaba cumpliendo mi anhelo, sino que era una mera imagen del mismo, similar a todas las que alguna vez hubiera imaginado en mi cabeza. En un sueño, todo se siente tan real que puede llegar a ser realmente abrumador. Besaba tus labios, y tras despertar juraba que aún podía sentir su sabor, por lo que iba en busca de más. Aunque ¿Era ese realmente su sabor? ¿Cómo podría saberlo si me quedaba dentro del sueño?

No. No quería quedarme con una simple suposición de mi cerebro. No quería imaginar cómo sería el sabor de tus labios. No quería imaginar cómo sería el contacto con tu piel. Quería averiguarlo por mi cuenta, experimentarlo realmente... contigo. Porque aquella no eras tú, después de todo. Si yo me sumía por siempre en aquel sueño, tú te quedabas aquí. Sola. Y eso es algo que yo nunca podría hacer.

¿Que por qué te digo todo esto? Es simple: Algún día te ofrecerán lo mismo, y tú sucumbes con mayor facilidad ante la fantasía. Así que por favor, no aceptes. No permitas que te arrastren a las profundidades de un sueño ilusorio. Incluso si es un sitio lleno de aventuras, no es real. Por el contrario, te ofrezco la más real de las aventuras. Pero no puedo realizarla yo solo.

Asi que ahora despierta y acompáñame.