miércoles, 23 de noviembre de 2011

El primero

Odio los primeros posts. Son los peores. No se, siempre tuve la idea de que sirven para explicar un poco el por qué estas creando el blog. No tira arrancar de una y empezar a postear lo que sea que vayas a postear. Todo buen libro tiene un prólogo, toda buena nota tiene una introducción, y todo buen blog tiene que tener un primer post explicativo. ¿No?

El problema es que se me complica hacer introducciones. Para cualquier cosa: Para escribir un post del foro, una carta, un ensayo para la facu, todo se me complica. El primer paso, la primera oración o palabra me genera un millón de dudas. ¿Como mierda arranco? ¿Estará bien así? No, me parece que quedó como el culo. Y es releer y releer mil veces la misma oracion, o el mismo parrafo y autoconvencerme de que zafa, y dejarlo así. Pero solo me pasa cuando escribo, es raro. En una reunion soy generalmente el que está hablando todo el tiempo, y en cuanto hay un bache de silencio, soy el que mete el bocadillo que reanuda la charla. No sé, soy raro.

Ah si, eso: soy raro. Bastante raro. ¿Por qué? No me voy a poner a enumerar las razones, alta paja, pero si vas a ser un lector regular de este blog , te vas a dar cuenta.

Aunque no creo que vayas a ser un lector regular de este blog. Mas que nada, porque no quiero que lo seas. Es decir, si lo sos, todo bien, pero no es por eso por lo que voy a escribir.

No escribo para que alguien lo lea, más allá de que suelo hablarle a alguien más en mi forma de redactar, como ahora. Pero yo escribo para mí, para desahogarme. Y en cierto punto eso es malo para el blog tambien, porque desahogarte significa escribir todo lo que te asfixia, y nunca puede ser algo bueno. El blog refleja mi peor parte, y por eso borré el otro. Leerlo era simplemente... deprimente. Y no quería deprimirme.

Con este, voy a tratar de no ser tan negativo, pero la verdad, dudo lograrlo.